...claro que cuando se nos acabó el vino...
...y como era de esperar, no se demoraron en aparecer los compadres amigos del alma posando para la foto...
...después vino la llorada.
Esto duró mientras había ron... que de hecho no fue mucho... así que un grupo de rebeldes salimos armados de cerveza hasta los dientes en busca de una tal dirección 777...se suponía que era el verdadero Chile, así que la cosa "pintaba" bien... tan bien que nos subimos en el primer micro (bus) que nos encontramos... menos mal había sido el indicado.
... y como cerveza va.. cerveza viene... nos cargamos ese bus de la recocha...
... y bueno... por fin llegamos al 777, y de hecho, me di cuenta que no era que pintara bien... sino que estaba bien pintado, dos cosas muy diferentes...
bueno... en el 777 a punta de Heineken, los compadres se multiplicaron...
... hasta aparecieron nuevos amigos...
... aunque por lo visto, no estaban tomando del bueno...
..y las cosas se tornaron difíciles, así que dijimos "yo mejor me voy", pero no sin antes despedirse...
... y por supuesto, no podía irme sin firmar el libro... o mejor, la pared de visitas...
Empezamos a recorrer las calles de Santiago, con muchas cervezas en la cabeza... de hecho, creía que ese moái era mi amigo.
...y hasta el perro de la calle...
Bueno, ya a esas alturas no quedaba otra cosa que irse para la casita.