La gestión de tecnología es un tema que me ha inquietado desde hace algunos años, por fortuna he tenido la oportunidad de tener pequeños acercamientos desde diferentes roles: como emprendedor, como estudiante, como participante en procesos asociativos y como docente. Realmente puedo decir que me sentía muy atraído por los malabares que son necesarios para mejorar la productividad, principalmente en empresas de base tecnológica.
Luego de poco más de un año, esta temática vuelve nuevamente a mi camino, o de pronto yo al de ella, como sea, lo importante es que el interés permanece intacto.
De el enorme abanico de información seleccioné un artículo de Pere Escorsa y otros dos investigadores: INTELIGENCIA COMPETITIVA Y TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍAS: REFLEXIONES PARA EL DESARROLLO DE LA RELACIÓN UNIVERSIDAD – EMPRESA.
Después de revisar el artículo, alguna documentación relacionada con el tema y de revivir algunas experiencias, pienso que todos estos modelos si bien funcionan en otros países o regiones, el caso de las empresas y universidades colombianas presenta retos diferentes.
La famosa palabra innovación ronda permanentemente todos los sectores de la industria, siempre suena bien, pero en ocasiones se convierte en una carga e incluso una frustración, cuando empresas en difícil situación luchan por prevalecer y creen que si envían a algunos de sus empleados e incluso el propio dueño a un curso de innovación, verán la luz al final del tunel.
Pues bien, la realidad es que ahora es muy difícil crear productos exitosos a partir de la casualidad. Las empresas necesitan invertir recursos para pensar y hacer, para implantar procesos de gestión de conocimiento y modelos de innovación. Necesitan aprender permanentemente, almacenar ese conocimiento y difundirlo al interior de su organización.
Pero tampoco se queda ahí el asunto. La inteligencia competitiva o tecnológica entra en la arena como un instrumento para que la empresa tome decisiones estratégicas y tácticas, mostrándole información analizada sobre el mercado, proveedores, competidores y tecnología. Estos resultados permitirán accionar esfuerzos en la vía correcta.
La empresa tendrá que adquirir nueva tecnología, crear nuevo conocimiento, nuevos productos, tendrá incluso que crear nuevas tecnologías que a su vez venderá a otra empresa. Es así que llega el concepto de transferencia de tecnología.
En Colombia la realidad es que es muy poca la tecnología que se crea. Si bien, todos los días se hace transferencia de tecnología, la gran parte es para incorporación de tecnologías llave en mano, desde una o un millón de licencias de MS Windows, hasta una plataforma para prestar servicios de telecomunicaciones.
Por eso el reto está en generar conocimiento y tecnología que sea comercializable a gran escala, y verdaderamente, esto no es cosa fácil, más aun, cuando el presupuesto para ciencia y tecnología en nuestro país está muy por debajo de 1% del PIB.
Aquí es cuando entra en juego la universidad, como un actor que históricamente se ha dedicado a la generación de conocimiento. Ahora las universidades tienen organizaciones internas dedicadas a la investigación y el desarrollo, y en muchos casos es su carta de presentación.
Sin embargo, las universidades y sus grupos de investigación están concentrados en competir con publicaciones, bueno, de hecho es un factor importante que tiene una relación directa con el conocimiento generado, sin embargo, esa no debería ser la esencia, sino la problemática de la sociedad y por ende de la industria.
Seguramente se está diciendo a sí mismo que precisamente la problemática de la sociedad es la que le da a los grupos de I+D los objetos de investigación, de hecho sí en la mayoría de los casos, de lo contrario no obtuvieran financiación. El problema radica en que son pocos los investigadores que apropian su trabajo con esa esencia, probablemente porque lo que la mayoría se limita a buscar su sustento de alguna manera.
La cosa se complica más cuando la universidad tiene que interactuar con la industria y viceversa.
La empresa en algunos casos no tendrá los recursos necesarios para llevar a cabo las tareas de inteligencia tecnológica y vigilancia competitiva, incluso para investigar y desarrollar, por lo cual una opción será buscar a la universidad.
Por otro lado, la universidad tendrá que sacar provecho de los resultados de investigación que ha obtenido, y también tendrá que justificar nuevos proyectos a la luz de las políticas nacionales de ciencia y tecnología, llegando finalmente a tener que buscar problemas que resolver en la industria.
Las relaciones entre la universidad y la industria están mejorando, sin embargo, veo a grandes empresas que jamás han tenido esa interacción, así como a grupos de investigación que aun no tienen idea de las prioridades que tienen las empresas.
Ahora bien, la creación de organismos mediadores, como las oficinas de transferencia de tecnología, los observatorios tecnológicos, centros regionales de productividad, e incluso los parques tecnológicos y las incubadoras, está permitiendo avanzar hacia nuevos esquemas de trabajo y prácticas de transferencia de tecnología que hasta hace algunos años eran posible solo en el imaginario, al menos en Colombia.
Muchas empresas nacientes se están beneficiando de estos organismos mediadores, principalmente de las incubadoras y parques tecnológicos, obteniendo apoyo que va desde la formulación de su plan de negocios hasta asesoría para obtener recursos a partir de proyectos de investigación trabajando conjuntamente con grupos de I+D.
Finalmente tengo que decir que aun hay mucho trabajo por hacer en Colombia para apalancar un desarrollo social y económico suficiente para garantizar el bienestar de toda la sociedad, y que pareciendo tan lógico al ver otros países, que la respuesta está en el conocimiento, sea tan difícil acceder a la educación superior, el presupuesto para ciencia y tecnología sea tan bajo comparándolo con otros paises latinoamericanos como Chile, y más penoso aun, cien veces más pequeño que el presupuesto para la defensa.
Bueno, este documento es solamente un manojo de pensamientos derivados de la lectura del artículo de Escorsa y de la aun pequeña visión que tengo sobre nuestra realidad.